lunes, 8 de junio de 2009

La ciudad de las fresas:


Gracias a su calidad, la fresa de Irapuato adquirió fama desde hace muchos años, primero en el ámbito nacional y ahora en el extranjero, al grado de que al hablar de fresas se piensa, casi necesariamente, en las fresas de Irapuato y se puede aseverar que al pronunciar la palabra "Irapuato" la evocación de la frutilla es automática, y viceversa; por eso dijimos antes que una y otra palabras han llegado a la sinonimia.
A los nativos de Irapuato se nos llama freseros y así se denomina también a los habitantes de la ciudad, aun cuando no sean oriundos de ella; freseros son los integrantes del equipo local de fútbol; tenemos anualmente la Feria de las Fresas; en fin, la fresa es una constante en la vida irapuatense. Pero, cabe preguntar, de dónde vino la fresa a Irapuato?, ¿Quién o quiénes la trajeron?, Quién la cultivó?, acaso es originaria de la región?, (cuántos irapuatenses podrían dar respuesta adecuada a las interrogantes anteriores, sobre todo de entre aquellos que están más íntimamente ligados a la explotación de la fresa? Sinceramente creo que no muchos. Vamos, pues, a dedicar unos cuantos renglones a tratar de contestar las preguntas que nos hemos hecho.
Según noticias que aparecen en los Apuntes Históricos de Irapuato, publicados por Genaro Acosta a principios del presente siglo, las primeras plantas de fresa fueron importadas de Francia a México en 1849, sin especificar el lugar en que se plantaron. Tales plantas, fueron posteriormente traídas a esta ciudad por el señor Nicolás Tejeda, quien fue jefe político del Distrito de Irapuato. Las referidas plantas se trajeron concretamente en 1852 y se les colocó en almácigo "al pie del bordo del río, frente a la morera y noria, en el terreno que aún se conoce por de Moussier". Este terreno corresponde, a lo que posteriormente se conoció por Santa Juliana, extensa huerta ubicada en la zona que actualmente cruzan las calles de Jalisco, final de Niños Héroes, Rihn y Prolongación de Francisco Sarabia, es decir la zona comprendida entre la actual calle de Guerrero y río Silao, al noreste de la ciudad. Como un mero objeto de curiosidad permanecieron las plantas de fresa, pues nadie sabía cultivarlas adecuadamente, hasta el año 1858, fecha en la que una persona, cuyo nombre se ignora, o al menos yo lo ignoro, adquirió a alto precio 30 matitas, de las que obtuvo, mediante un cultivo verdaderamente primitivo, una regular cantidad de frutillas, con las que se hizo en Irapuato la primera nieve de fresa, que vino a ser una novedad sensacional.

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